Institucional
30 años de Democracia
Hace treinta años, el pueblo argentino celebraba la asunción de un gobierno elegido mediante el voto de sus ciudadanos.
Fueron muchos años de desencuentros, de sufrir el avasallamiento tiránico, la violenta imposición de modelos políticos y económicos, de luchas fraticidas de grupos que pretendieron, mediante la violencia de imponer sus concepciones políticas, mientras que la mujer y el hombre común asistían inermes sin poder expresar sus opiniones
En aquellos tiempos, todos, sin distinciones partidarias, nos movilizamos detrás del ideario plasmado en los derechos y garantías que sentaron las bases de la República Argentina.
Mucho se avanzó en la consolidación del ideario constitucional pero, lamentablemente, mucho más queda aún por resolver en pos del fortalecimiento de un Estado Constitucional de Derecho.
Hoy debió ser un día de festejos, en el que todos los sectores políticos de la Nación tendrían que haber superado antinomias, uniéndose en un programa de consensos en el que se destaque que el hombre es el centro de toda actividad y todo el brío de la vocación de servicio público, se encuentre destinada a mejorar la calidad de vida, respetando las instituciones y el rol que los constituyentes les asignaron.
La imprevisión, la irregular distribución de recursos, la falta de sensibilidad social y de respeto a los principios pro homine, sumado al accionar vandálico de grupos aún no identificados, ha empañado esta jornada en que debemos acongojarnos por la muerte de ciudadanos. Nuevamente la muerte es el cruel pendón que luce nuestro pueblo, y ante ello los abogados no podemos silenciarnos ni permanecer indiferentes.
Hoy también, otra Nación que padeció, durante su historia, la vergüenza de la discriminación, sepulta a quien pudo sobreponerse a todas las penurias que ese oprobioso sistema le deparó y fue el adalid de una nueva nación, que supo dejar de lado los dolores del pasado para afrontar las alegrías de un futuro mejor.
Nada hay más triste que una muerte inútil e indiferente, por lo que, desde nuestro COLEGIO PÚBLICO DE ABOGADOS DE LA CAPITAL FEDERAL, exhortamos a todos los que tienen alguna responsabilidad e injerencia, de todos los sectores o grupos que fuere, que abreven en el ideario de quien sufrió, padeció y, sin embargo, supo convocar a todos sus compatriotas dejando de lado los sectarismos disociantes para construir una nueva sociedad basada en el respeto al prójimo.
Invitamos a todos nuestros compatriotas a reflexionar sobre el destino de grandeza que concibieron los padres de la Patria y que malgastamos en intolerancia y sordera de todos, -sin excepción-, observando permanentemente la Constitución Nacional y bregando por la consolidación de las instituciones y del respeto mutuo.
- 10-12-2013