Durante la jornada hizo referencia al rol de los gobiernos y la asistencia a las víctimas. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), las Provincias de Buenos Aires y Santa Fe estuvieron representadas a través de Mirta Clara (Mujer de Paz de Argentina y Psicóloga Clínica del Centro de Salud 15 de la CABA); de Silvia La Ruffa (Subsecretaria de Acceso a la Justicia, Ministerio de Justicia de la Provincia de Buenos Aires); de Andrea Travaini (Directora del Instituto de la Mujer de la Municipalidad de Rosario) y de Horacio Coutaz (Secretario de Derechos Humanos de la Provincia de Santa Fe).

Tuvo lugar un Panel Internacional referido a la temática con tres representantes de Brasil (Vera Vieira, Coordinadora de la Oficina de Brasil de PWAG, María Amélia de Almeida Teles y Nilza Iraci, Mujeres de Paz de Brasil) y la Directora de Mujeres de Paz en el Mundo, Meike Sahling. Las representantes brasileñas expusieron sobre la trata de personas con fines de explotación sexual en Brasil y Meike Sahling se refirió a los principales aspectos de la temática en Indonesia.

El último panel estuvo dedicado a la mujer víctima y a la comunicación social; el rol del Parlamento, la legislación y los desafíos de implementación, en particular la ley de
trata de personas. Conformaron dicho panel: Lucina Peker (periodista) y las Diputadas Nacionales Virginia Linares y Mara Brawer.

Finalmente el cierre estuvo a cargo de la Dra. Nancy Teresa Anzoategui, en representación del Colegio de Abogados de la Capital Federal; de María Julia Moreyra, Coordinadora Regional de PWAG y de la Diputada Nacional Margarita Stolbizer.

Se afianzó el compromiso por parte del Estado, de las ONGs y de las personas, cada una desde sus lugares, de luchar contra este crimen aberrante que afecta los derechos fundamentales del individuo.

Se resaltó que, si bien han tenido lugar avances en cada uno de nuestros países y también a nivel mundial, aún se está lejos de lograr la erradicación total de la traa de personas.

El cuerpo de una mujer, de una niña o de un niño (principales víctimas de este delito) no es una mercancía que puede comprar y venderse. Las víctimas sufren daños físicos, psicológicos y espirituales.

Se requiere mayor concientización del problema y aunar esfuerzos para decirle nunca más a un crimen que atenta contra los derechos más preciados del ser humano.